sábado, 31 de agosto de 2013

Salmorejo

Qué poquito queda para que acabe el verano. Hoy es el último día de agosto y pronto tenemos aquí el final de las vacaciones con todo el ajetreo que supone: empezar el día muy temprano, arreglar a los niños para salir corriendo y dejarlos en sus colegios antes de irnos a currar... Y casi llega el otoño y no he publicado la receta de salmorejo que tanto nos gusta y que hacemos muy a menudo en casa.
El salmorejo es un plato de origen andaluz, más concretamente de Córdoba, barato y con ingredientes tradicionales de la cocina española. Se sirve fresquito y se le suele poner por encima jamón serrano, huevo duro, atún, etc. todo ello picadito.
Su consistencia es la de una crema espesa (se come con cuchara), debido al pan, y es un plato sano y ligero que apetece un montón durante los meses calurosos del año.
Es fácil encontrar el salmorejo como salsa para acompañar, por ejemplo, unas berenjenas fritas. En ese caso se añade más cantidad de pan para darle mayor consistencia.
Para hacer salmorejo uso siempre thermomix, porque facilita mucho el trabajo en platos como éste y le da una textura finísima.
Esta receta está basada en la del libro Imprescindible, pero he ido adaptando las medidas de los ingredientes según mis gustos.


Ingredientes:

- 1200 gr. de tomates maduros
- un diente de ajo al que habremos quitado el corazón
- 100 gr. de pan del día anterior (si os gusta más espeso, podéis poner 150 gr.)
- 45 gr. de vinagre de vino blanco
- 70 gr. de aceite de oliva
- sal
Para decorar: jamón serrano picado, huevo duro picado, atún, picatostes...

Preparación:

Con Thermomix. Ponemos los tomates en cuartos, el ajo y la sal en el vaso y trituramos durante 30 sg., vel. 5.
Agregamos el pan troceado y el vinagre y volvemos a triturar 30 sg., vel. 5.
Después, programamos 2 min., vel. 10.
Finalmente, ponemos vel. 5 y vertemos lentamente el aceite por el bocal de la tapadera, sin quitar el cubilete, para que se incorpore lentamente.
Dejamos enfriar en el frigorífico y servimos fresquito acompañado de huevo duro picado, jamón serrano en taquitos, picatostes,... lo que más os guste.

miércoles, 7 de agosto de 2013

New York Cheesecake

Después de varios meses de abandono, por fin he conseguido sacar tiempo para publicar una receta y me he decidido por la New York Cheesecake.
Si os gustan las tartas de queso, seguramente habréis oído hablar de ella y si no, ya estáis tardando en poner en práctica esta receta porque la New York Cheesecake es la reina de las tartas de queso.
Siempre hago la receta de Rosa Ardá de Velocidad Cuchara y está buenísima. He probado un montón de recetas de tartas de queso porque me gustan muchísimo y desde que probé ésta no he vuelto a hacer ninguna otra, salvo la tarta tipo tuduri que puedes ver aquí, a la que no me puedo resistir porque tiene ese sabor y textura de las tartas de queso comerciales que me encanta.
La New York Cheesecake se prepara en el horno al baño María, por lo que debéis disponer de un recipiente apto para horno en el que quepa el molde de la tarta.
Es necesario un molde desmontable porque la base es de galletas y no es posible hacerla en un molde de otro tipo.
Esta tarta no es recomendable prepararla para consumir el mismo día, puesto que es muy cremosa y necesita sus buenas horas de frío. Por lo que de un día para otro adquiere mejor textura.


Ingredientes:

Para la base:
- 300 gr. de galletas tipo digestive
- 70 gr. de mantequilla (no uses margarina porque no endurece igual al enfriarse y puedes tener problemas al desmoldar la tarta)
- 40 gr. de almendras tostadas

Para el relleno:
- 6 huevos
- 600 gr. de queso crema (tipo philadelphia)
- 400 gr. de nata para cocinar
- 200 gr. de leche condensada
- 1 cucharadita de vainilla en pasta, o un sobre de azúcar vainillado

Para cobertura:
- Mermelada del sabor que más te guste. Yo suelo ponerla de frambuesas, moras o arándanos.

Preparación:

Ponemos las galletas en el vaso y trituramos durante 5 sg., vel. 5-9.
Agregamos la mantequilla y las almendras y mezclamos 5 min., temp. 80º, vel. 3.
Ponemos esta mezcla en el molde y forramos con ella la base y paredes del mismo.
Lo metemos en el congelador mientras hacemos el relleno.
Encendemos el horno a 175º, calor sólo abajo, y metemos el recipiente con agua para que se vaya calentando.
Colocamos los huevos en el vaso y batimos 30 sg., vel. 5.
Añadimos el queso, la nata, la leche condensada y la vainilla y volvemos a batir 30 sg., vel. 5.
Sacamos el molde que hemos guardado en el congelador y lo forramos bien con papel de aluminio para que no entre agua en la base cuando lo horneemos.
Vertemos el relleno en el molde y lo introducimos en el horno, en el recipiente con el agua que ya está calentándose.
El tiempo de horneado va a variar dependiendo de nuestro horno. Yo en el mío suelo tenerlo unos 80-85 min.
Por si os sirve de ayuda, yo me guío por lo siguiente: voy observando la tarta durante el horneado y cuando empieza a inflarse un poquito el relleno cuento unos 25 minutos más y la saco.
Dejamos enfriar y guardamos en el frigorífico, mejor si es hasta el día siguiente.
Cuando vayamos a servirla, la cubrimos con la mermelada que hayamos elegido.

Si no tenéis thermomix, podéis hacer esta tarta igualmente, ya que las galletas se pueden triturar en otro robot o simplemente podéis meterlas en una bolsa limpia y aplastarlas pasándole un rodillo varias veces hasta que queden bien trituradas. La mantequilla la derretís en el microondas para mezclarla con las galletas y el relleno se puede hacer con una batidora normal o con unas varillas manuales.
¡Así que no hay excusa!


Esta tarta da para muchas raciones, así que si sois pocas personas podéis reducir los ingredientes a la mitad y hacer una tartita más pequeña. Por supuesto, también habría que reducir el tiempo de horneado unos 15 minutos aproximadamente.